¿Por qué aprender en un entorno natural?

Aula del Huerto del Castillo.

 Sencillo, nos tenemos que detener a escuchar, ¿cuánto tiempo hace que no nos tomamos un rato para sentir el silencio? Algo aparentemente tan sencillo requiere de un gran esfuerzo en la sociedad que vivimos. Nuestros estudiantes, se ven sometidos cada día a innumerables reclamos que los alejan de la realidad, de aquella que ayuda a que fijen su personalidad, sus sueños y metas.

Recuperar la pasión por la Naturaleza es una necesidad, tenemos que enseñar a los jóvenes a marcar su posición en el mundo como si de un GPS se tratara y, para ello, es imprescindible que se sientan en los entornos y espacios que habitan.

Mini Pino crecido en la piedra.

Vivir con los cinco sentidos nos educa en la solidaridad con lo que nos rodea, nos enseña que el calor, la lluvia, la nieve o el viento no son inclemencias, son pretextos la vida que fluye a nuestro alrededor y que dependiendo de las estaciones adquiere texturas y formas muy diferentes.

Pensar en la Naturaleza nos acerca a nosotros mismos, al compañero, al amigo, aprendemos a escuchar cuando más lo necesitamos.

Sentir la Naturaleza es reconocerse en un lugar, tu lugar y saber que las decisiones que tome durante mi vida comprometen ese lugar y por tanto, me comprometen a mí.

Aprender de la Naturaleza es atreverse a correr bajo la lluvia, a observar pacientemente el ritmo de una crisálida y a dejarse llevar por el lenguaje armónico del canto de las aves al atardecer.

En definitiva, es verse a sí mismo, no como un proyecto, sino como una realidad.

Jardín de ” El huerto del castillo.”